La trayectoria de Neus Colet empieza en 1988, mostrando desde el primer momento una clara inclinación por la escultura, primero con la construcción de pequeños artefactos de hierro o madera, artefactos ligeros y dibujados al aire y con piezas mecánicas disfuncionales que más adelante se van depurando. Su espíritu de búsqueda de construir, edificar y dar forma no podía encontrar un terreno más abonado a su vocación experimental que el de las técnicas del grabado, con las que ella intenta jugar, desde el aguafuerte con todas las posibilidades técnicas que el medio le ofrece. En la exposición FIBRAS se ve lo que siempre ha distinguido el trabajo de Neus Colet: una gran voluntad de búsqueda en el punto donde confluyen los materiales y su comportamiento, el espacio y el objeto. Transfiere a sus obras un magnetismo y una sensibilidad especial; nos atrae su apariencia austera repleta de una poética reflexiva y llena de sentimientos, provocándonos inquietudes, siempre desde la más absoluta autenticidad.