MIGUEL ANGEL ALBINI, nació en Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina, en 1951. Desde muy temprana edad sintió inclinación por el dibujo y la pintura, de modo tal que pronto concurrió a tomar clases con profesores particulares, destacándose como un alumno aventajado. Al completar sus estudios secundarios siguió la carrera de artes visuales en la Escuela de Artes Visuales de Rosario, graduándose como profesor en la misma, y posteriormente como profesor superior especializado en pintura. Paralelamente se dedicó al estudio de la música, pasión ésta que se refleja en muchas de sus obras y que no lo ha abandonado nunca. Posteriormente comenzó su carrera docente y se dedicó a estudiar e investigar en forma personal nuevos recursos, técnicas y materiales, experimentando con diversas formas artísticas, principalmente el collage polimatérico como una extensión de la pintura, concluyendo con varias conferencias y escritos sobre el tema. A partir de 1980 aproximadamente empieza a trabajar con bolígrafos, técnica a la cual se deben gran cantidad de trabajos realizados a lo largo de quince años. Su primera muestra de los mismos se realizó en el Museo de Artes Decorativas Firma y Odilo Estévez, de Rosario, causando la misma un gran interés en público. Desde entonces y hasta 1996 expuso numerosas veces tanto en Argentina como en la República Federal de Alemania, obteniendo siempre las mejores críticas, destacándose la realizada en la Kunst und Kultur Verein in Hasbergen-Osnabrück, y la del Centro Cultural Parque de España en 1997 en Rosario, Argentina. Es propio destacar que el artista es reacio a realizar exposiciones como así también de participar en salones, con los cuales en general no comparte sus criterios. Principalmente predomina en él un cierto hermetismo que lo hace mantenerse al margen del sistema cultural imperante. Su espíritu curioso y crítico lo ha llevado a estudiar y a investigar temas tan variados como filosofía, psicología, religiones comparadas, idiomas, especialmente el alemán. En 1996 Albini sufre una importante crisis espiritual que lo llevó a replantearse su obra anterior, adoptando una actitud más espiritual y lúdica. De esta forma afloraron nuevos contenidos y formas que se orientan hacia una estética esencialmente poética en contraposición con la actitud narrativa y conceptual del período anterior en busca de nuevas formas estéticas abordó todos los materiales y las técnicas, especialmente los dibujos en tinta china, la pintura, y el muy amado collage que le permitió producir gran cantidad de obras. En esta etapa se vislumbran las influencias de las artes primitivas, del arte infantil, el art brut, y el arte popular de casi todas las épocas y lugares, distanciándose de la tradición clásica como también de las tendencias que el llamado post modernismo impuso como formas de arte casi excluyentes. Su producción artística se ha incrementado desde entonces enormemente constituyendo un corpus de casi diez mil obras. En este período que se mantiene hasta el presente a podido afianzar un lenguaje propio y particular que no busca la novedad sino la sinceridad y la originalidad entendida como un rasgo profundamente personal. Miguel Angel Albini tiene un concepto muy personal sobre las modas y tendencias artísticas actuales considerando que muchas obedecen al capricho de los grandes centros de poder y de muchos críticos y curadores que han tomado un protagonismo excesivo que deja al artista en un segundo plano. Las excentricidades de la llamada transvanguardia, de la bad paintig y del kitsch post moderno son ajenas a sus intereses y enemigos de sus convicciones más profundas. Para el artista el arte es ante todo una realización personal, un camino que se debe recorrer escuchando solo la voz interior y dejando emerger el inmenso patrimonio que como humanidad todos llevamos dentro; de ahí la presencia de tantos símbolos arcanos como por ejemplo la luna, el sol, el corazón, el ombligo, el huevo, como así también animales fuertemente simbólicos: serpientes, búhos, gatos, dragones, aves, caracoles, tortugas. El mundo de las plantas y las flores tampoco queda excluído. Pintor que prefiere la simplicidad de los medios al barroquismo y el amaneramiento. Con poco es capaz de decir mucho. El collage resulta un medio más que apropiado tanto por la rapidez de ejecución como la forma que se da sin buscarla, dejando así el campo libre a lo inconsciente. El artista prioriza la forma plástica desprovista de toda mención anecdótica, para él, toda forma es portadora de sentido. Las ideas y los conceptos de contenido o de mensaje son ajenas a su modo de concebir el arte por el hecho de que toda forma construída por el hombre tiene una intencionalidad, lo cual implica que consciente o inconscientemente nunca puede ser neutral como las formas de la naturaleza que son neutras en el sentido de que no tienen intencionalidad. Cualquier forma creada por un hombre está repleta de sentido porque él es un universo de sentidos. Tampoco es proclive a las diferencias entre artes mayores, artes menores, artes puras, artes aplicadas, arte culto o arte popular, lo que interesa es la forma y el mundo que éstas ponen en evidencia. Así mismo la preferencia al pequeño formato es propia de un artista que prefiere decir serenamente a gritar con voz altisonante, cosa que hacen muchos pintores de los últimos tiempos. Sus trabajos se asemejan más a cartas íntimas que a espectáculos teatrales. Al día de hoy Albini sigue su labor en su taller, al margen de los dictados estéticos prevalecientes en estos tiempos.
dibujo, pintura, collage, técnica mixta, digital